Cómo prevenir humedades por condensación en la vivienda

Las humedades que aparecen en el interior de la vivienda no solo causan una mala estética sino que pueden ser perjudiciales para la salud por la aparición de hongos y microorganismos, además de los malos olores, que afectan a la respiración. Por ello es fundamental detectar, reparar y prevenir la aparición de humedades en nuestras viviendas.

Las humedades por condensación se producen en el interior de la vivienda debido a un exceso de humedad en el ambiente, el vapor de agua del aire se condensa sobre las superficies frías o mal aisladas. Cuando nos duchamos, cocinamos y respiramos producimos vapor de agua, por lo que aumenta el grado de humedad de la vivienda.

Estas humedades se relacionan a las viviendas antiguas con apenas aislamiento térmico, pero actualmente se detectan casos en viviendas nuevas por excesivo hermetismo, que apenas permite renovar el aire por un exceso de aislamiento.

Las principales causas por las que aparecen estas humedades son:  

Falta de aislamiento térmico: con puentes térmicos en pilares y forjados que favorecen la aparición de manchas alrededor de estos puntos fríos. Otro punto débil para la humedad es alrededor de las ventanas, si los perfiles no disponen de rotura de puente térmico pueden provocar condensaciones.

Ventilación insuficiente: al ser las viviendas tan estancas, impiden la ventilación natural de forma continua del ambiente interior. Aunque en estos casos, la causa de la aparición de humedades se debe a la falta de ventilación por parte de los usuarios.

Calefacción: el aire caliente admite más humedad que el frío. Una mala regulación de la calefacción con variaciones bruscas de temperatura favorece al fenómeno de condensación. También influye la colocación de los aparatos de calefacción, debajo de las ventanas no es el sitio más adecuado para evitar condensaciones.


¿CÓMO SE PUEDEN PREVENIR Y REPARAR?

Los materiales utilizados en la construcción de edificios suelen ser porosos, por los que puede acceder y circular el agua. Para evitar esto existen distintos tipos de materiales que actúan como barrera, son los llamados materiales impermeabilizantes.


En baños y cocinas hay que tener en cuenta que son los sitios donde más humedades tienden a aparecer ya que el contacto con el agua es diario. Es habitual que se coloque, en locales húmedos, azulejos o baldosas de gres porque el agua resbala sobre estos materiales. Pero hay que tener especial cuidado con las juntas, ya que son los puntos débiles donde se crearán las manchas.

El Código Técnico de la Edificación (CTE) en su Documento Básico DB HS3 exige la instalación de aberturas de extracción, que permiten renovar el aire del interior, especialmente en aseos que no disponen de ventana. Por lo que una buena forma de evitar problemas de condensación es instalando unos extractores de aire.

Cambiar las ventanas para mejorar su aislamiento y evitar los puentes térmicos de sus perfiles e instalando un doble acristalamiento si dispone de vidrio sencillo.

Es imprescindible una adecuada ventilación diaria de al menos 10 minutos para facilitar la renovación del aire e intentar secar las superficies mojadas por el vapor de agua creado al ducharse o cocinar.

En casos extremos, donde haya un excesivo grado de humedad, se puede optar por disponer un deshumidificador para mantener un ambiente más sano disminuyendo la humedad relativa y previene la formación de manchas en la pared.
 


Las humedades por condensación no dañan la estructura de la vivienda pero si provocan contaminación ambiental y es perjudicial para la salud de las personas que habitan en su interior.

 

La mejor opción para luchar contra las humedades es invertir en aislar bien las fachadas y ventanas de nuestra vivienda. Así ahorraremos en energía porque el calor de la calefacción no se escapará a través de las paredes. Y notaremos un gran ahorro económico en las facturas, además de disfrutar de un ambiente más sano y confortable.

Si detecta cualquier tipo de humedad o desea mejorar el aislamiento de su vivienda no dude en contactar con su aparejador de cabecera quién le podrá asesorar sobre las soluciones más adecuadas.

Comentarios

Pedro Sánchez Gálvez

17 oct. 2016

Para entender las humedades por condensación es importante saber que en el aire ambiental hay siempre una proporción de vapor de agua variable.

Desde la evaporación de las aguas a la actividad normal de la vida humana se dan en el ambiente intercambios de humedad que hacen variar estos niveles. Pero la producción de vapor no es la misma, ni las condicciones de las instancias interiores de una vivienda.

Asi pues, para diagnosticar y controlar las condesaciones ha de tenerse en cuenta el de las funtes de humedad. Es coveniente limitar la ocupación especifica en función de la amplitud del volumen vividero.



Pero el vapor de agua se difunde a través de los materiales del sistema constructivo (fachadas, carpinterias, cerramientos, forjados, cubiertas, ect..) entre sus capas, ofreciendo mayor riesgo los cerramientos en contacto con ambientes más fríos, Así en éstos, con el aislamiento térmico que controla las diferencias de temperatura, se ha de controlar de diferencia de presiones de vapor con la interposición de barreras que dejen el vapor de agua en las caras que no han alcanzado la temperatura de rocio y por tanto no tendremos condensación.



Tenemos las siguientes clases de humedades por condensacion:

Humedad por condensación puntual.

Humedes por Condensacion Lineal y

Humdedades por condensación generalizadas.



El arquitecto tecnico es el especialista en diagnosticar y evaluar las causas de las humedades por condensacion, asi como de proyectar sus posibles correcciones: preventivas y de reparación.

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Consejo Eficiencia Energética Desde años atrás, cuando la construcción de viviendas estaba en auge, la eficiencia energética en aplicación de las viviendas era una hipótesis, a sabiendas que ahorraba emisiones a la atmosfera y consumos de energía. Sabíamos que el incremento del consumo de electricidad en los países miembros de la Comunidad Europea y el alto índice de emisiones a la atmósfera provocaba el incumplimiento del Protocolo de Kyoto dónde se exigían reducciones de gases de efecto invernadero a la atmosfera, que provocaría el endurecimiento de la normativa. Ese momento llegó a nuestra regulación nacional, con previo aviso de la Directiva Europea 2010/31, donde limita hasta finales del año 2020, un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, reducción de un 20% las demandas de consumo de energía y exige un 20% de implantación de energías renovables. Esta Directiva es la que abre los ojos a nuestros políticos y nos hace ver a los ciudadanos la gran importancia de rehabilitar las viviendas, ya que genera trabajo y además se ahorra dinero en producción de electricidad y emisiones a la atmósfera que es lo que desde Europa nos recuerdan año tras año. De ello, se toma nota a nivel estatal y se fragua el actual real decreto 235/2013, Procedimiento básico para la certificación de eficiencia energética de los edificios existentes, con el fin de calificar una vivienda obteniendo el nivel de emisiones y demandas de consumo energético. En la mayor parte de los países de la Comunidad Europea se certifica energéticamente las viviendas desde el año 2007. Como sabemos esta Directiva provocó el endurecimiento del nuestro documento básico de Ahorro de Energía aprobado por la Orden FOM 1635/2013 aprobado  y con entrada en vigor en el BOE 10 de septiembre de 2013, con un nuevo apartado HE-0 para justificar el consumo de energía limitándolo a valores que nos llevan a construcción de viviendas con calificaciones de alta eficiencia energética. La certificación energética para nuestro colectivo es un campo que nos hace posible demostrar al cliente la aplicación de nuestros conocimientos adquiridos en nuestra formación académica y experiencia laboral con la construcción de las viviendas y edificios terciarios, desde la envolvente hasta las instalaciones. Actualmente existen programas de rehabilitación energética de edificios del sector residencial para promover la realización de medidas de ahorro y eficiencia energética sobre la envolvente, las instalaciones térmicas y de iluminación de los edificios existentes de uso residencial y hotelero, y la incorporación de energías renovables, y nuestro colectivo está preparado para llevarlo a cabo.                 Es necesario que promovamos la eficiencia energética ya que el parque inmobiliario lo requiere. Con pequeñas actuaciones podemos conseguir ahorros en el consumo y en emisiones de kgCO2, que por el momento no parecen importantes, pero que en un futuro no lejano será muy importante esta rebaja de emisiones. Por ejemplo, una vivienda unifamiliar cuya envolvente data de 1990, destinando mejoras en la envolvente por un valor de 10.000 €, se tardaría en amortizar 8 años dicha rehabilitación y nos ahorraríamos a partir de ese momento 900 €/año que empleamos en darle confort a dicha vivienda. Si además invertimos en el sistema de acondicionamiento y agua caliente sanitaria unos 4.500 € en 6 años hemos amortizado la mejora y a partir de ese momento podemos ahorrarnos 600 €/año. Quizás parezca algo idílico, pero hoy día gastar 1.000 € en gasoil para combustible en dar calefacción a una vivienda unifamiliar o gastar 300 € de electricidad para climatizar en verano la misma vivienda, requiere al igual que buscamos un seguro de vivienda o de coche más barato, pararse a pensar cuantos años de amortización y cuanta inversión esta el dueño a destinar para que su vivienda sea energéticamente más funcional y actualizada a normativa vigente. Si en el futuro, (al igual que los vehículos) fuera predecible que tener mejor calificación energética, obtuviera un beneficio del impuesto de bien inmueble, ¿el cliente contrataría a un técnico para realizar un estudio previo? Es dónde nuestro colectivo, los aparejadores, puede asesorar al dueño de la vivienda o promotor de viviendas en la citada inversión y buscar ayudas que a día de hoy existen para hacer una vivienda energéticamente más eficiente y dentro del presupuesto de obra destinado a la partida a estudio y por tanto la vigilancia para que se lleve a cabo correctamente. Aunque la eficiencia energética parezca lejana y difícil de cumplir, cada año que pasa, estamos más cerca de conseguir unas viviendas confortables y ahorradoras. Por poner algún símil, ¿cuántas lavadoras hay en el mercado con una clasificación energética A? o ¿cuántos vehículos de combustible eléctrico, biodiesel, gas, hibrido hay en el mercado a disposición del cliente? Está claro que la sociedad se mueve en beneficio de la eficiencia energética y nuestro colectivo debe poner las ganas y los medios para hacerlo realidad explicando a nuestros clientes la rentabilidad de la eficiencia energética. Depende de nosotros.