Qué tipo de calefacción es más rentable para mi vivienda(II)

La semana pasada publicamos un artículo en el que expusimos los tipos de calefacción más habituales y su rentabilidad en función del de tipo de combustible que utilizan para generar calor.  Así que en este artículo que hoy nos ocupa, veremos las partes de las que se componen los diferentes sistemas y las características de cada una de esas partes, ya que entender su funcionaminto nos ayudará a poder elegir cual es el sistema que mejor se adapta a nuestras necesidades.


Empecemos por los elementos que componen los sistemas de calefacción:

  • Generador de Calor = Calderas
  • Emisores = Radiadores
  • Sistemas de Control = Termostato

Calderas

En la caldera se calienta el fluido que se encarga de llevar el calor a los radiadores. Para calentar el fluido se necesita un combustible y en base a eso, se dividen los sistemas de generación de calor:

  • Gas Natural: funcionan con un intercambiador de calor, en el que hay un serpentín por donde circula el agua. El agua entra fría y sale caliente.
  • Gasoil: el funcionamiento de esta caldera es idéntico al del gas natural, con la salvedad de que su rendimiento es mayor. El contra que tienen estas calderas, a parte de  su mayor contaminación, es que la instalación y el combustible son más caros.
  • Eléctrica: el intercambio de calor se realiza con una resistencia que calienta el agua del serpentín. Evitamos problemas de fugas o intoxicación por gas. La instalación es más barata, su consumo es mayor y el coste, si ya de normal es elevado, en estos días lo es mucho mas
  • Sostenibles: por ejemplo, la aerotermia que esta caldera extrae la energía del aire a través de una bomba de calor, es decir utiliza energía renovable, por eso posee gran eficiencia energética. Y aunque su instalación cara, es fácil de amortizar el gasto. Estas calderas son óptimas para zonas templadas
  • Pellets: estas calderas tienen un gran poder calorífico, respetuoso con el medio ambiente. El combustible es caro, se necesita espacio para almacenaje y tiene un mantenimiento, casi a diario de limpieza de cenizas. También se debe contar con una chimenea para expulsar los humos.
  • Carbón: actualmente casi en desuso, es muy contaminante y no son automáticas ni se les puede regular la temperatura.

 

Radiadores

Los radiadores son los aparatos que van a calentar la estancia gracias a los tubos que circulan por él, con un fluido caloportador. Y dependiendo de este fluido se pueden dividir en:

  • De agua. Un circuito cerrado de agua recorre toda la vivienda, hasta llegar a los radiadores. Se combinan normalmente con calderas de gas natural, por lo que el suministro de gas no llega a todas partes, no siempre pueden instalarse
  • Eléctricos. Su instalación es sencilla y requiere poco mantenimiento. Su mayor desventaja reside en el precio de la electricidad y en que su alcance calorífico es corto.
  • De aceite. Se conectan a la electricidad, que alimenta una resistencia y esta calienta el aceite, que irradia el calor a la estancia. Tienen poco alcance y tardan en calentarse, pero mantienen el calor una vez apagados.

Termostatos

Los termostatos son dispositivos que sirven para regular la temperatura de las fuentes de calor y pueden ser:

  • Mecánicos: un interruptor se enciende o se apaga cuando una sonda interna detecta una diferencia de temperatura respecto a la que se le indica al mecanismo.
  • Digitales: funcionan con sensores electrónicos siendo más exactos que los mecánicos y permiten realizar un control más eficiente, es fácil de programar incluso a distintas potencias, temperaturas y horario de conexión. Se puede programar incluso a distancia con un smartphone
  • Modulantes: son los más óptimos. Adaptan la temperatura de los radiadores y se comunican con la caldera para reducir la temperatura. Nos ayuda con un ahorro del 10% en el consumo.

Y ahora, con toda esta información, ¿cuál el sistema que mejor se adapta a nuestra vivienda?

Todo dependerá del clima que haya en la zona que residas, el tamaño de tu vivienda o de la zona que quieres calefactar. También dependerá de cuánto tiempo pasemos en casa y por supuesto, del presupuesto del que disponemos, así como del ahorro económico que tendremos después de la instalación.

Son muchos los factores a tener en cuenta, por eso te recomendamos que consultes a un arquitecto técnico, para que te de la mejor opción en base a tus necesidades y presupuesto.

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